16.02.17 Después de una fallida reconversión de su planta productora de celulosa desde eucaliptus a pino en 2012, con importante inversión, la centenaria papelera uruguaya, parte del grupo Celulosa Argentina, empezó su caída libre. De más de 1.000 empleados por esos tiempos, pasó a 260 el año pasado.
El golpe final lo dio sobre todo, la imposibilidad de competir con papeles importados desde China, luego de la apertura de la importación en Argentina, país que absorbía más del 90% del destino de la producción de Fanapel.
Ayer, Fanapel presentó a sus trabajadores en seguro de paro desde diciembre, una propuesta de pago de despidos en 12 cuotas, lo que el sindicato rechaza exigiendo pago contado. Eso, un día después del anuncio por ejecutivos del cierre de la vieja fábrica de la ciudad de Juan Lacaze, departamento de Colonia, según informes de prensa.
La situación de Fanapel será incluso analizada en una próxima reunión entre el presidente de la República, Tabaré Vázquez, y el del Pit-Cnt, Fernando Pereira, según anunció el importante medio local El País, que también informó que el salario promedio en Fanapel era de unos $ 30.000 (algo más de 1.000 dólares).
La empresa detalló en diciembre 2016, al detener la actividad industrial, que perdía unos US$ 400.000 mensuales y que sus costos no le permitían seguir la actividad. El costo por tonelada de Fanapel llegaba en ese entonces a US$ 988, de los cuales US$ 150 era carga salarial y US$ 179 costo de energía. El resto, materia prima y productos químicos.
Hace un mes, la estatal UTE, proveedora de la electricidad a la planta, había ofrecido una rebaja de 25% en la tarifa eléctrica como forma de estimular la reapertura, pero la empresa consideró insuficiente esa ayuda para la reactivación. Desde el cierre, las reuniones multilarales han sido muchas, semanales y quedan más. Pero hay muchos indicios de que el cierre es definitivo e irreversible.
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