27.03.14 ASPAPEL, la Asociación de la Industria Papelera española, junto a otros sectores, hicieron llegar hace un par de días al ministro de Industria, el «Manifiesto por la cogeneración, Herramienta para industrializar España».
La asociación, junto a otras, han liderado fuertes campañas y lobby para intentar revertir las decisiones gubernamentales en materia energética, que afectan en forma importante sus resultados y ponen en peligro, sostienen, la competitividad y supervivencia de la industria.
Ence, primer productor europeo de celulosa, con una cuota de mercado del 16% en el continente y exportaciones del 85% registró en 2013 un resultado neto de 3,7 millones de euros (92% negativo comparado a 2012). Si no tuvieran éxito las alegaciones a la reforma presentadas por Ence, las pérdidas en 2013 podrían elevarse a 26 millones de euros.
Sin la reforma eléctrica, Ence hubiera obtenido un beneficio de 56 millones de euros. La compañía ha invertido varios cientos de millones de euros, en los últimos 5 años, en plantas de biomasa para cogeneración y aporte eléctrico al sistema público.
Torraspapel, con seis plantas en España que emplean a 2.300 trabajadores, emitió hace unos días un comunicado que reza: «Debido a las reformas eléctricas y a la reciente propuesta de orden ministerial para el modelo retributivo de la cogeneración, Torraspapel está sufriendo una pérdida de competitividad que limita notablemente sus exportaciones y cuya consecuencia directa puede ser la necesidad de reorientar producciones e inversiones fuera de España».
La compañía ha invertido en los últimos años 51 millones de euros en la construcción de plantas de cogeneración eléctrica para reducir su factura energética y hacer más competitivo su negocio.
En la Comunidad Autónoma Vasca, las empresas papeleras locales lanzaron hace un mes un mensaje de alarma ante la política energética del Gobierno Central. Sostienen que las medidas han reducido las retribuciones en las subastas energéticas y han elevado impuestos que afectan directamente al sector y que calculan van a tener un impacto negativo anual de 40,6 millones de euros en las compañías fabricantes de papel dentro de la CAV.
Smurfit Kappa Nervión, del Grupo Smurfit Kappa, líder en embalaje de papel, ha decidido replantearse una inversión de 15 millones de euros prevista en sus instalaciones de Iurreta, en Durango (Vizcaya), como consecuencia de las «negativas» medidas adoptadas por el Gobierno de España en su reforma eléctrica que «penalizan seriamente a la cogeneración».
Según la empresa, la reforma eléctrica ya recortó un 22% las retribuciones a la cogeneración desde el pasado ejercicio de 2013 y el anuncio ministerial de febrero para el modelo retributivo a implantar, deja sin rentabilidad el plan de cogeneración para la fábrica de Iurreta». El proyecto de Smurfit Kappa Nervión contemplaba el incremento de la producción de pasta en un 20%.
Iberpapel, por su parte, obtuvo un beneficio neto en el año 2013 de 7,3 millones de euros, el 58% menos que el ejercicio precedente, afectado por el marcado descenso de la demanda de papel y el impacto de la reforma eléctrica, según reportó. Hace una semana, emitió un comunicado diciendo que paralizó sus inversiones por la reforma energética.
La empresa señaló que la reforma obliga a los sectores industriales tanto a reducir inversiones previstas como a realizar reestructuraciones y advierte que sus consecuencias «ya se han dejado sentir de forma directa» en el sector papelero y señaló no ser «ajeno a esta situación», asegurando que la reforma energética «ha supuesto un duro revés a los planes de crecimiento con la paralización total de su programa de inversiones».
El grupo cuenta con dos instalaciones de generación eléctrica, una de cogeneración de gas en ciclo combinado y otra de biomasa, con inversiones de más de 50 millones de euros, que permitían a la empresa producir papel con unos costos energéticos competitivos. «Sin embargo, después de las diferentes reformas legislativas en materia energética nuestro grupo ve peligrar su competitividad, al dispararse los costos energéticos», asegura.
Según el manifiesto hecho llegar al Ministerio por un numeroso grupo de asociaciones industriales españolas, las medidas que ya han significado una parada mayor al 20% de la cogeneración en 2013 , provocaría un 10% de caída en el consumo de gas, aumento de cierres y pérdida de 70.000 puestos de trabajo directos, con caída del PIB estimada en un 1%.
España había diseñado un plan de estímulos a la cogeneración, como parte del objetivo europeo de aumentar al 20% la cuota de energías renovables sobre el consumo energético a 2020. Los incentivos, subsidios, fueron retirados, y adicionalmente se decidió, entrando el año, aplicar un impuesto adicional de 4,5% a la generación con biomasa. Según el Gobierno, las medidas, quinta reforma eléctrica ya, tienden mayormente a contener un déficit histórico y creciente de la estructura del tarifado eléctrico, que hace que los consumidores ya deban 24.000 millones de euros al sistema.
Estas medidas podrían atentar contra las posibilidades de cumplimiento de la meta energética española, ya que el comisario comunitario de Energía, Günter Oettinger, habría opinado que España no cumplirá con las medidas vigentes el objetivo de aumentar al 20% la cuota de renovables sobre el consumo energético de aquí a 2020 y ha avisado de que el Ejecutivo comunitario se reserva el derecho a tomar medidas para corregir esta brecha. «El método de análisis desarrollado para la Comisión, basado en modelos económicos, indica que las actuales medidas estratégicas vigentes en España no podrían, por sí solas, alcanzar el objetivo marcado para 2020 (un 20 % de energías renovables)».
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Imagen: ENCE